El discípulo quería un sabio consejo.
- Ve, siéntate en tu celda, y tu celda te enseñará la sabiduría- le dijo el Maestro.
- Pero si yo no tengo ninguna celda... Si yo no soy monje!
- Naturalmente que tienes una celda. Mira dentro de ti.
El discípulo quería un sabio consejo.